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Gracias a la demolición del antiguo edificio de Cruz Roja volveremos a disfrutar de un aljibe del siglo XIX ubicado en Viguetas, dentro del perímetro de protección del Bien de Interés Cultural Yacimiento Arqueológico La Picola, quedando afectado por las normativas de protección de éste.

Este aljibe fue construido en el siglo XIX y situado en una zona estratégica para la captación de agua, recogería las aguas de escorrentía del barranco de las Fuentes que almacenaría en su interior para abastecer a los habitantes del municipio. Se encuentra localizado en el interior del edificio de las antiguas dependencias de la Cruz Roja y se compone de una cisterna de gran tamaño, excavada en la tierra, de balsa rectangular y con cubierta de bóveda de cañón. En el frente este de la cisterna se dispone un vano de acceso al interior, posiblemente para facilitar la limpieza del aljibe.  La cisterna presenta una planta rectangular, excavada en el suelo, cuyos muros perimetrales se encuentran realizados en mampostería trabados con mortero de cal y revestidos de mortero, a base de arenas o arcillas muy finas que le proporcionan una mayor impermeabilización. La cubierta está realizada en mampostería mediante el empleo de una cubierta de bóveda de cañón.

Desde los inicios, la zona que comprende el término municipal de Santa Pola no ha contado con ningún tipo de captación de aguas, por lo que se construyeron diversas infraestructuras para almacenar agua de lluvia, teniendo constancia de ellos ya desde época romana. Estas infraestructuras hidráulicas, de gran importancia, tenían como función recoger el agua durante todo el año de manera más o menos constante, y casi todas las casas particulares disponían de un aljibe propio.

También las encontramos dispersas por toda la sierra, como los aljibes de La Picola. En el año 1959, con la llegada del agua de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla, se construiría la primera infraestructura hidráulica que distribuiría el agua potable para el consumo particular.